ANTEAYER
Nací en Barcelona el año 1953. Me “educaron” mis padres, las monjas, la radio, los vecinos… y yo misma.
Cursé la educación primaria en un colegio de monjas y la secundaria en diferentes institutos y escuelas laicas. Durante las últimas etapas de la secundaria, pasaron por mis manos libros de filosofía, psicología y psicoanálisis que me hicieron preguntarme acerca del sujeto. La constitución subjetiva, el concepto de salud y enfermedad, y un interminable etcétera fueron las cuestiones por las que tuve claro la trayectoria que quería seguir.
Los estudios superiores los realicé en la Universidad de Filosofía y Letras, sección de Psicología, de la Universitat de Barcelona (UB), ya que la carrera de psicología no existía como tal. La finalización de la carrera coincidió con la muerte de Franco el año 1975. Poco después de terminar, ya durante el 1976, y con la conciencia de saber más bien poco de los temas que me asaltaban la mente, hubo un golpe de estado en Argentina. Ese suceso provocó que llegaran a Barcelona ciudadanos de ese país, los cuales realizaron una gran labor, muchos ya aquí, en el estudio del psicoanálisis. En esa época no existían masters ni nada que se le pareciera, así que la manera de formarme en el tema fue mediante la participación en grupos de estudio sobre la obra de Piaget, Klein, Winicot, Freud o Lacan, entre otros.
El año 1976 empecé mis prácticas clínicas en el primer centro de salud mental de Les Corts, en Barcelona, donde pasaba visita a pacientes que eran supervisados por analistas más experimentados. Al mismo tiempo, inicié mi proceso de análisis personal y didáctico.
AYER
El año 1983 abrí una consulta privada y pasé a formar parte del Centre d’Higiene i Salut Mental de Badalona. Desde entonces he trabajado como psicóloga-psicoanalista sin interrupción, tratando a niños, adolescentes y adultos. Éramos jóvenes y teníamos mucho trabajo, ilusión y ganas de aprender. El trabajo clínico empezó pronto a crecer de forma exponencial, pero eso nunca fue pretexto para abandonar la investigación, el estudio y la inclusión de otros territorios en mi experiencia.
El trabajo clínico realizado desde entonces se puede resumir con los siguientes cargos:
- Psicóloga–Terapeuta para los Servicios Sociales de l’Esquerra de l’Eixample, Ajuntament de Barcelona
- Terapeuta por obra y servicio en la Direcció General d’Atenció a la Infància, Generalitat de Catalunya.
- Supervisora institucional y clínica en la Cooperativa Tascó, “Titània: dones per la Salut”.
- Dirección de los talleres terapéuticos para enfermos mentales en el Museu d’Art Contemporani de Barcelona (MACBA).
En paralelo a mi carrera como psicóloga clínica, fui iniciando mi trayectoria docente y de transmisión de conocimientos. De entre mi experiencia docente destacaría la formación como tutora de prácticas, desde el año 1983 hasta 2013, en la UB. Actualmente soy profesora del curso “El model biopsicosocial”, dirigido a médicos residentes del MFIC de Badalona Serveis Assitencials (BSA). Todo esto combinado con mil y una participaciones en cursos, grupos de trabajo y medios de comunicación.
He podido beber de muchas fuentes a lo largo de este recorrido. Aunque la fuente fundamental es la de la psicoanalítica, mi orientación es producto de un recorrido que incorpora otros lenguajes y que se basa en el modelo biopsicosocial y cultural. También producto de este recorrido fui reconocida a todos los efectos, en 2008, con el título oficial de Psicóloga Especialista en Psicología Clínica y, en 2011, con el título de Experto en Psicoterapia. Ambos títulos fueron expedidos por la Federación Europea de Asociaciones de Psicólogos (EFPA).
HOY
Después de cuatro décadas como psicóloga clínica y psicoanalista podemos consensuar que, en estos tiempos de capitalismo neoliberal, las cosas han cambiado (y cambian) a una velocidad de vértigo en lo que concierne a los modelos sexuales, familiares, sociales y políticos entre otros. En consecuencia, las patologías y el malestar también han cambiado como todos podemos observar: aumento silenciado de suicidios, aumento de mujeres asesinadas, precariedad económica entre otras violaciones de los derechos humanos y por tanto es preciso un trabajo de adaptación de los profesionales a las nuevas realidades.
Desde hace una década y de forma creciente he ido recibiendo demandas de sujetos cuyo malestar es consecuencia de estar bajo el influjo de relaciones perversas: violencia, acoso moral-sexual…
Este nuevo fenómeno que se ha venido a llamar “relaciones tóxicas” en el imaginario social, es para mí objeto de trabajo en diferentes niveles: investigación, tratamiento, asesoramiento, peritaje, transmisión de conocimientos oral o escrita.
Desgraciadamente, hoy, la presencia de los psicólogos en los juzgados es una realidad en alza.
EL MAÑANA
Mis objetivos de futuro son poder seguir investigando, cuestionando, creciendo y, a veces, ayudando a crecer a quien así lo desee.